El siguiente bello texto está copiado de la página Comunidad Quijote que os gustará visitar por amena y si os gustan los pps.
El texto parece que está firmado por el nik "ElQue Escribe".
Mediodía de verano, una de la tarde o 13.00 hs o 1 pm, como mas les guste, sol que raja la tierra literalmente. Abuela en la cocina, haciendo un “¡¡GUISO!!”, comida que nos hace transpirar de solo pensarlo. Mate medio frio pero salvador para esa hora y un pucho, desmigajando algunas ideas o filosofías ajenas, mientras la gente se tira a dormir la siesta. Mediodía de verano, normales, nada raro, un febrero mas de los 26 que ya he pasado. No tiene pinta de ser diferente a ningún otro hasta que suena el timbre de casa. Un pesado, prolongado y fuerte ¡RIIINNNGG!, que hace que me atragante con el mate. Pienso, pienso en abrir la puerta y matar al que me saco de mis cavilaciones, de putearlo hasta dejarlo sordo, de… pero bueno, me fui de jeta a la puerta, malo, abro y ¡PUM!… ¿PUM? Si, ¡PUM!, pero no de “esos” ¡PUM!, sino de los otros, los buenos o los que impresionan en realidad, los que te dejan por el piso el ánimo o el intelecto o algo así… ¡PUM! Puerta abierta, un “señor mayor” o un “viejo” o “hombre grande” como mas les guste, parado en el marco de la misma. Sudor corriendo por la frente, camisa a rayas empapada, pañuelo en la mano también empapado, pantalones de vestir demasiado usados y alpargatas gastadas, arrugas más viejas que el tiempo mismo. Y una carpeta azul, grande, de esas cuadradas donde uno puede poner de todo pero son incomodas para el maletín o la mochila, también bastante jodida y con mucha calle encima. YO – Hola, si ¿Qué se le ofrece? VIEJO EN LA PUERTA – Hola joven, (estira la carpeta hacia a mi) vendo POESIA, original, de mi propia pluma… para una novia, para una madre o abuela, para la vida… YO – (Totalmente desconcertado, sin saber qué hacer, levantando ambas cejas) Eh… no mire, por ahora no gracias… VIEJO EN LA PUERTA – Muy bien, disculpe la molestia joven… ¿Me podría decir que calle es esta?… YO – (MAS DESCONCERTADO QUE ANTES Y CLARAMENTE IMPRESIONADO) – eh, si… mandisovi… no es problema… VIEJO EN LA PUERTA – Muchas gracias joven, sigo mi camino… YO – (Casi sin voz, casi sin mi)… Adió… (Me quedo viendo cómo se va, despacio, mirando a un lado y a otro…) Vuelvo a lo mío, el mate, el pucho, las cavilaciones, pero me queda rondando la frase “VENDO POESIA” y antes de darme cuenta, se fue al carajo el pucho, el mate y las cavilaciones. “VENDO POESIA” ¡¡¿QUIEN VENDE POESIA ESTOS DIAS?!! ¿Qué alma llega a la puerta de alguien vendiendo poesía? ¿Cuántos como yo le dijeron que no, mas por no saber qué hacer que por no quererla? ¿Es tan romántica la situación como me parece? Todo eso me ocupa ahora, me ocupa todo, el día entero me ocupa… Y reflexiono… Reflexiono que hemos perdido la poesía, que se me perdió a mí al menos y no me daba cuenta… que hacia tanto que no escuchaba la palabra poesía y ese Viejo vino a puerta a traérmela y no supe qué hacer con ella… Que perdí parte de la belleza en mi vida, la belleza que dan las palabras con sentimiento o que te vende un Viejo con alma de vagabundo por 1 peso el papelito, la belleza de encontrar belleza mas allá de este mundo que nos deja mudo por las desgracias todos los días y recuerdo a Mario Benedetti que decía:
Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.