domingo, 28 de octubre de 2007
Las velas artesanales.
Vivimos en la era de las bombillas y nos es prácticamente imposible imaginar la poca luz de que disponían las casas una vez caída la noche. El fuego era un punto focal en cada habitación que aseguraba luz y calor. Hasta antes de 1850 las cosas no cambiaron. Las velas de cera eran muy caras, las lámparas de aceite, las candelas de sebo producían un humo maloliente y una débil luz rápidamente gastada. La vida cotidiana era gobernada por las horas de sol, la gente se levantaban más temprano, comían a horas muy diferentes (La comida principal se hacia en la mitad de la tarde). La cantidad de velas que se quemaban en una casa una vez la noche caída era un indicio muy seguro de riqueza. Una habitación alumbrada con opulencia. Nuestros ojos están acostumbrados a la luz cegadora y llana de las bombillas eléctricas. La llama de las velas, movediza y temblorosa da a las cosas sombras y movimientos. Símbolo de fiestas, de ceremonias, de romance la vela siempre esta vigente. La electricidad nos ofrece claridad pero no nos privemos de la luz mágica de las velas. (Del libro "Curso de fabricación de velas artesanales") www.pdffactory.com
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